"Los humanos somos para los dioses como las moscas para los niños juguetones: nos matan para su recreo."
El rey Lear se representó en su momento ante el rey James I y la corte en el palacio de Whitehall. El rey James I de Inglaterra y VI de Escocia quería que los dos reinos se unieran en uno. Imaginad el panorama de "vamos a unir los reinos y blablabla" y llega Shakespeare y te pone una obra de teatro en la que el rey acaba un poco tararumba. Esto hizo que The King's men tuviera algún problemilla, porque una cosa era que tuvieran cierta libertad y otra que me hagas una obra de un rey déspota y despreocupado al que le pasa de todo. La obra, además, dejaba claro que la división del reino trae consecuencias desastrosa, que el monarca es un déspota soberbio y que su error de juicio es el que hace que todo se ponga patas arriba, el poco caso que hace a sus consejeros y las diferencias entre ricos y pobres.
Pero a ver, también había ciertas cosas que molestaban un poco al señor James I. ¿El qué? Que casualmente había personajes que le recordaban a personas que él conocía. Los dos hijos de James I tenían los mismos títulos que los yernos del rey Lear. James I también tenía un bufón y disfrutaba de la caza, pasando del gobierno, también le iba mucho el lujo y tenía un gran número de cortesanos, algo que al Parlamento no gustaba nada. Además, algo esencial en esta obra es que el rey se equivoca al pensar que el poder radicaba en la indivisibilidad de su persona y el poder político y la autoridad por derecho divino. Es una obra que podría verse como una llamada de atención en plan "mira, James, que gracias por ayudarnos a los dramaturgos pero te estás pasando tres pueblos con tus tonterías".
En esta obra se habla de la división, empezando en una conversación entre los condes de Kent y Gloucester cuando hablan de Britania; de los problemas familiares, relacionado con el hijo bastardo de Gloucester —que es un liante, por cierto, y me cae fatal— porque este admite su paternidad entre risas; del conocimiento de uno mismo y del otro y de política, estando este tema muy unido a la familia porque el conflicto es por una división familiar y por lo malos padres que son Lear y Gloucester. También habla de la culpa y de la expiación, porque el rey Lear se da cuenta de lo que ha hecho y al final intenta resolverlo, aunque al principio no quiera oír hablar a nadie sobre su hija y lo que ha hecho.
En cuanto al prototipo de mujeres que hay en esta obra —esto no es spoiler, que os podría hablar de más cosas pero temo desvelar algo importante sin querer— hay dos tipos. Por un lado está Cordelia, una mujer que es el prototipo de la mujer inocente y por el otro sus hermanas, que son lo opuesto, mujeres sexuales, castrantes y destructivas. Como se veía a la mujer en aquella época, porque o eras un angelito o eras lo peor del mundo. Y es curioso porque Lear sí que reconoce que ha obrado mal con Cordelia pero no reconoce culpa alguna por lo de sus otras dos hijas, siendo él culpable en cierta manera de su carácter por fomentar la rivalidad entre las hermanas —porque a Lear le encanta que se enfrenten. Lear llama a sus hijas "buitres, serpientes, monstruos, lobos, tigres, zorras, centauros" y ellas acaban comportándose como animales. Shakespeare se aprovecha un poco bastante de cómo eran vistas las mujeres y lo utiliza en su favor, para crear a Goneril y Regan. Además, el lenguaje que utiliza es para que ya las veas como seres horribles y no te sorprendas cuando llega el momento feo.
Y esto es el rey Lear, os lo he contado un poco por encima y podría haber hecho una entrada gigantesca —gracias a mi libro de la UNED, porque todo lo que os he contado sale de ahí— pero tampoco quiero saturaros. Espero que os haya gustado y entrado algo de curiosidad para que os leáis la obra. Un abrazo enorme.
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